Después del edicto de Milán en el 317 por el cual el emperador Constantino concede la libertad de culto a la naciente comunidad cristiana, se construyen un sin número de basílicas e iglesias en Roma. Atravesando el Tiber, en lo que hoy es el puente de Sant’ Angelo existía un huerto de laureles que daba nombre a la zona “bosque de laureles” en latín Lauri, ahí se encontraba un templo romano dedicado a la dea Europa sobre el cual se construye posteriormente una iglesia llamada San Salvatore in Lauro.
Frente a la Basílica de San Salvatore in Lauro en Roma (a la mitad de lo que hoy es Via Dei Coronari) en las cercanías del puente Sant’ Angelo existió una iglesia dedicada a san Judas llamada por el pueblo iglesia de “San Tadeo”.
Según consta en la documentación de la época, dicha iglesia será posteriormente la parroquia del lugar desde el 1200 hasta el 1825 y es en esta parroquia donde se veneraba la reliquia del brazo de San Judas Tadeo, que fue entregada al príncipe Orsini por el Papa Inocencio X, cuando las reliquias de los mártires Simón y Tadeo fueron trasladadas de la antigua Basílica Constantiniana y colocadas en la actual Basílica de San Pedro.
En el año de 1830 ante el deteriorado estado de la parroquia de san Tadeo, la sede parroquial fue traspasada a la basílica de San Salvatore in Lauro, momento en el cual el párroco de la época Monsignor Sirolli creado posteriormente Obispo, con sumo cuidado trasladó las preciosas reliquias a la parroquia.
Al desmantelar el altar principal fue hallada la reliquia del apóstol con la auténtica (documento que daba fe a su autenticidad), la cual fue colocada en un relicario en forma de brazo bendiciendo y desde entonces es venerada en esta Basílica de San Salvatore in Lauro a donde acuden fieles de todo el mundo.